sábado, 25 de septiembre de 2010

ANCLADOS EN EL TIEMPO


¡Vaya día que llevo!. ¡Vaya mierda de tienda que tengo!. No tengo Viña Ardanza, no tengo Viña Pomal, no tengo Marques de Cáceres, no tengo....., no, no tengo. Sólo hemos trabajado cerca de 3.000 referencias en seis años, casi todas españolas, y todavía hay quién se siente defraudado porque no tengo esos vinos. Yo personalmente no tengo nada contra ellos (contra los vinos me refiero), contra quién se queda anclado quizás sí. Yo bebía algunos de estos vinos hace 20 años, no puedo renegar del pasado pero que quieren que les diga, estamos en uno de los sectores donde últimamente más se ha avanzado e invertido, pero por lo que se vé esto no importa.

Hoy no creo que nadie se compre un coche sin ABS, ni sin dirección asistida, ni con las últimas medidas de seguridad, pero en el vino lo viejo para ellos es lo mejor, los tufillos a barrica sucia, la inexistente fruta, la presencia de botella del siglo XV,...

Yo me quedo flipao, voy a restaurantes donde se come cogote de no se qué con espuma de maracuyá y aroma de trufa blanca de la conchinchina sobre cama de cebolla caramelizada..., ¿y de vino?, pues tiene usted Viña Ardanza, Viña Pomal, Marqués de Cáceres,... . ¡Pues vayasé a tomar por culo!, y la gente sigue impasible ante esto. Honrado sería cocina antigua, vinos antiguos, pero no, lo importante es poner espumas y no se qué cojones más,¿ y vino?, el que sea, los de siempre que si no no los conoce la gente, ¿y que pasa, que la gelatina de ruibarbo la están demandando a diario?. Lo que hay es una falta impresionante de formación en el tema vino, o mejor dicho de afición, hay mucho tontolaba pululando por los restaurantes creyéndose Adría y no han bebido un buen vino en su vida.

En la vida ha habido tan buen vino como hay ahora, muchos, muchos grandes vinos, y muchos de ellos a un precio increíble, y voy a seguir ofreciéndolos, buscándolos, trayéndolos, compartiéndolos, y por supuesto vendiéndolos, pero con la conciencia tranquila de estar haciendo un trabajo que mis clientes me están agradeciendo.

sábado, 18 de septiembre de 2010

LA MEJOR NARIZ DE LA VINATERÍA


Dentro de las que llamo microactividades de la vinatería, celebramos ayer la que denominamos "Nariz de Oro de la Vinatería 2010". Consistía en adivinar dos vinos, un tinto y un blanco de entre los vinos que aquí se venden, por parte de los clientes y socios nuestros.

Participaron casi una treintena de personas, y el ganador fué Luis Peleato LLoro de Tulebras, que demostró su gran capacidad al clavar el tinto y cazar la variedad y añada del blanco.

Los vinos que se propusieron para catar fueron:

CARE CHARDONAY 2009 DE CARIÑENA

MENGOBA 2008 MENCÍA DEL BIERZO

Someterse a este tipo de catas es una cura de humildad para quién cree que cata bien, y una subidón de autoestima para quién cree que cata mal, ya que normalmente sabemos algo más de vino que lo que creemos si somos aficionados al mismo.

Una actividad preciosa que repetiremos en años sucesivos, intentando dotarla de mayor seriedad si cabe, sin dejar el lado lúdico que es lo que nos mueve.

Gracias a los participantes, sois todos cuando menos Nariz de Plata.

viernes, 3 de septiembre de 2010

EL VINO DE LA FRASCA


Acaban de terminar las fiestas patronales de Tarazona, días de juerga, de comer y de beber, de estar con amigos en definitiva, y éstas no han podido ser completas porque se me ha ido uno.

Angel, como lo llamaban todos, algunos Angelito, para mí Señor Angel, había estado siempre, o al frente de una barra, o al frente de cualquier negocio hostelero, donde él repartía lecciones a diestro y siniestro, ¡cúanto deberían haber aprendido de él muchos de cuantos regentan actualmente bares y restaurantes!.

Empecé a conocerle en profundidad cuando llevaba el Bar Casa Justo, donde conviríó cuatro mesas en un emporio gastronómico, con su mujer Maricarmen en la cocina consiguieron algo que después de más de diez años, ya no se ha conseguido en la ciudad, las pochas con foie gras, las fideua, y las distintas carnes y pescados salían de un metro cuadrado de cocina, cual si hubiesen sido hechas en la cocina del Palace y simpre con un precio comedido, sabían que era lo que había que dar y cuanto había que ganar en ello.

Por aquel entonces yo no me dedicaba al mundo del vino, hablabamos de las cuentas y de cuanto valía esta botella o la otra, lo controlaba al dedillo, siempre en pesetas, hasta hace cuatro días me seguía hablando en pesetas. También hablabamos de otras cosas, de las buenas y de las malas, acabé siendo su confidente, y con todo ello me quedaré para siempre.

Ha peleado con el cáncer como si se tratase de un sarpullido, hablaba con toda la naturalidad del mismo, y me llegó a decir que todo estaba en la cabeza, y él la tenía muy bien amueblada. Hoy tengo que pensar y quiero pensarlo que eso no ha podido con él, sino que se ha ido porque ha hecho ya en esta vida, todo lo que se puede hacer, ha sido buen marido, buen padre, buena persona, y buen maestro para todos cuantos hemos querido aprender algo de él.

Sólo he derramado cuatro lagrimas Angel, pero son de las que cuando surcan la cara hacen daño y escuecen para dejar el recuerdo de porque han surgido.

Bridaré por tí en cuanto una de las frascas de vino que siempre compartíamos caiga por mis manos.