sábado, 7 de abril de 2012

VIAJE A BARCELONA (PARTE MENOS SERIA II)


Siguiendo con el post anterior, Barcelona da mucho juego. El día previo a la cata por parejas Juan y yo,  acudimos con nuestras respectivas parejas a Barcelona con la intención de disfrutar de un día tranquilo, un vermuth y una buena comida en el restaurante Embat, que lo conocí por medio de la página web: http://www.flickr.com/photos/encantadisimo/, que me parece la mejor página gastronómica que conozco, y por eso os pongo el enlace, con una fotografía de los platos digna de mención (enhorabuena a su autor), te orienta y no vas a ciegas a los sitios ya que más o menos sabes que puedes comer y cuánto vas a pagar. El par de botellas de Juan Gil 12 meses 2009, a un precio de restaurante bastante bueno 15 euros, hizo que los ánimos se fuesen calentando, y la petición de nuestras chicas de ir al museo de Joan Miró fué mucho más llevadero. Bueno por hacerlo cortito, Joan Miró es como un chiquillo, pero en salido, vayas por donde vayas ves que le ha atizado un rabo a sus esculturas o cuadros, ya en la entrada un Fluvi o E.T., con rabo nos hacía presagiar que algo raro escondía este insigne artista.
 Posteriormente un gran cuadro que parece hecho de punto de cruz o algo parecido y que está inspirado en el Cipotegato de Tarazona (esto es cosecha mía), y una cuidadora del museo persiguiendonos por el mismo porque no se podían hacer fotos, fueron lo más destacado de la visita. A cenar y a dormir en un precioso hotel situado justo debajo de la Torre Agbar ( torre que seguro está inspirada en el salido de Joan Miró).
Al día siguiente la cata, ya comentada en el post anterior y en el que fuimos los únicos aragoneses del concurso, no somos los mejores, pero sí los únicos, y eso también es importante. Posterior a la cata, unas 50 bodegas presentan sus caldos, para ponerse como bien viene a pelo a caldo, y lugeo a comer a un restaurante típico catalán, Pa y Trago, esqueixada, escalibada, cunit a la brasa, etc.., bien.
Todos al tren para casa menos un servidor que se queda para seguir catando, ¡que profesión más dura!. En unas tres horas se incorporan a Barcelona, Javier García Ullate y los propietarios del Restaurante Trinquete de Tudela (verdadera joya gastronómica de Tudela), Elena y Santi.
Cena informal de tablas de embutidos catalanes y varios y con sangría de turista, medios tragos y a dormir que al día siguiente venía un día duro.
El lunes 26, nos dirigimos a un verdadero lujo enológico , "La música del ví", donde más de 100 bodegas de grandísimo prestigio nos dan a catar sus caldos, Pingus, Champagne Salon, El Pisón,.. y joyas de otros paises, listas para ser olidas e ingeridas sin piedad.
En el mediodía decidimos tomar un respiro y visitar Quimet y Quimet, merece muy mucho la pena, en 20 metros cuadrados más de 300 referencias de vino, y un lugar espectacular para tomar el aperitivo, que nosotros convertimos en comida a base de probarlo todo, quien no haya estado que lo apunte en su agenda.
Vuelta al precioso edificio donde se realiza La Música del vi, la Casa Llotja de Barcelona, para terminar como la mojama, y a las nueve de la noche en la cama durmiendo como un chiquillo.

Con Quim de Quimet y Quimet, dentro de su barra.
Reponiendo fuerzas como Nadal
Al día siguiente Javier y Toño, quien les escribe, a Alimentaria, más cansaos que un perro, a visitar semejante mastodonte, cumplimos el expediente, en lo que a mí respecta 10 o 15 vinos más y al AVE, que no te da tiempo ni a dormir la siesta, y al ratico en casa. ¡Que bien se está en casa!, hasta la próxima ya no viajo más.