sábado, 29 de septiembre de 2012

LA EXCITANTE BUSQUEDA DE UN VINO


Quizás lo que más me atrae en el mundo del vino es que hay un vino para cada momento, y prescindiendo de determinados vinos que están creados sin alma (sólo con espíritu comercial), existen vinos incluso para cada hora del día.
Seguro que cada uno de vosotros tiene una canción, o varias, que en determinados momentos cuando queréis reir, os hacen reir, que cuando estáis bajos, os hacen llorar. La música tiene mucho que ver con el vino en este aspecto y en otros muchos, para hacer una buena obra musical, me da igual del tipo que sea, tiene que existir un creador que tenga la sensibilidad suficiente como para crear el concepto, los primeros acordes, y luego un empecinamiento sobre la misma que haga que quede tan pulida que sea capáz de hacer reir o de hacer llorar a dos personas al mismo tiempo, eso es una gran obra musical, eso es un gran vino, lo demás son mediocridades (mediocridades con espíritu comercial, veasé Vino Ecce Homo).
No sé si no se da cuenta nadie, que aquello que nace con la ilusión, los conocimientos y el buen hacer, perdura para siempre, y "vuala" de repente se va convirtiendo en lo más demandado, en lo más vendido.
Nunca me canso de probar vinos nuevos, sólo porque espero encontrarme con algún vino que me haga sentir su música, sentir el alma de su creador, los aromas de la tierra donde se ha criado y el perfume de la uva de la que procede.
Y como decía, hay un vino para cada momento del día, hay un vino para estar con amigos, hay un vino para estar sólo, hay un vino para estar con tu pareja, hay un vino para hecer el amor (mejor un poco antes o un poco después, sino se derrama la copa), hay un vino para los malos momentos, hay un vino para escuchar música...

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